Dios ten misericordia de mi, pecador. Señor, necesito ser salvo. Sálvame. Yo clamo a tu nombre
Señor, soy culpable. Merezco tu ira. Señor, no me puedo salvar a mi mismo. Señor, yo quiero tener un nuevo corazón y un espíritu recto, pero ¿que puedo hacer? Señor, No puedo hacer nada, ven y cambia mi voluntad y hazme agradable a ti.
Tu tienes el poder, lo sé, para salvar a un miserable como yo; ¿A quien o a donde iría si debo rechazarte?
Pero ahora mi alma clama a tu nombre. Temblando, pero creyendo. Yo me entrego totalmente a ti, Oh Señor. Confío en la sangre y la justicia de tu amado Hijo, Confió en tu misericordia, y en tu amor y en tu poder como se han revelado a mi. Yo me atrevo a descansar en esta tu palabra: «Aquel que invocare el nombre del Señor será salvo». Señor sálvame en esta noche, en el nombre de Jesús. Amen
– C. H. Spurgeon