La selección celebra el 2-0 contra Uruguay
Escribo estas palabras siendo el 1 de julio de 2014, muy lejos de Colombia (y durante mucho tiempo).
El sábado pasado (28 de julio de 2014) la selección nacional de fútbol de Colombia paso por primera vez en su historia a cuartos de final de la Copa Mundial de la FIFA derrotando 2-0 al combinado uruguayo.
Y vinieron los elogios…
La prensa internacional se deshace en elogios para el equipo Colombiano
Hay en Brasil una selección llamada Colombia que juega como los ángeles, fresca, divertida y armónica, dulce y nada empalagosa, venenosa cuando ataca, tensa cuando defiende, deliciosa con la pelota, nueva reina de Maracaná.
El Pais
Y yo que he visto selecciones Colombia desde aquellas míticas del Pibe Valderrama, Arnoldo Iguaran y compañía les puedo decir que jamás había visto a un equipo que jugara tan bien como esta selección. Todos son estrellas pero juegan como un solo hombre; se entienden a la perfección para hacer obras de arte en conjunto y apoyan sin egoísmos las genialidades individuales. Una delicia. Increíble, increíble que esta sea la selección de mi país.
Tantos años acostumbrados a las derrotas (en la cancha y fuera de ella) lo dejan a uno sin poder describir esta alegría (y estas alegrías tienen un regusto amargo cuando uno esta lejos de su tierra).
Y si alguien se ha robado todos los halagos de los medios es nuestro número 10, James Rodríguez
Pero ocurre que a veces, muy raras veces, para ser precisos, sucede algo extraordinario. Sucede que alguien, un elegido de los dioses, rompe los límites de la física y la lógica para componer una sinfonía con un solo gesto.
Marca
Él se desliza amenazante, su toque sublime y su percepción sobrenatural para alguien que adorna estas fases finales por primera vez
The Guardian
A los 22 años, James Rodríguez tiene el mundo a sus pies: Goleador del mundial (hasta el momento), mejor jugador de la fase de grupos, El nuevo Pibe, el Niño Dorado (así lo llama un locutor de la BBC).
Y llego la respuesta…
¿Y como contesto James? Como lo haría un buen cristiano
Me gusta el juego bonito de los niños buenos (Todos en la selección tienen cara de buenas personas) pero me gusta más ese cristianismo bonito, humilde, sencillo.
A la mayoría de personas le tiene sin cuidado la religión de James (o de los otros jugadores de la selección -de los cuales muchos son cristianos-) pero de vez en cuando alguien se pregunta. Pongo por ejemplo a una de las tuiteras más queridas de Colombia: Ana María Mesa
Aunque Ana María me aclaró en conversación privada que realmente le tiene sin cuidado la religión de los jugadores y su intención era puramente jocosa, su tuit nos sirve para reflexionar también a nosotros.
Aun más curiosa es la respuesta de mi buen amigo Juan Diego
Juan Diego reconoce un valor práctico en el cristianismo de los jugadores de la selección, ¿Será cierto que, a parte de cuestiones puramente sobrenaturales, el cristianismo ayuda a los jugadores?.
Yo creo que si, el cristianismo tiene efectos muy positivos en la vida de las personas. Un cristianismo bien entendido y practicado hace a las personas más humildes, con sentido de comunidad y pertenencia, con una meta más grande que ellos mismos, mas sinceras y compasivas.
Y me gusta el juego bonito, pero me gusta este cristianismo bonito en el cual aun él que no cree puede encontrarle valor aunque sea practico. Esta puede ser la semilla de algo más grande
Amados, os ruego, como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo digna vuestra manera de vivir entre los gentiles, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, a causa de vuestras buenas obras.
Santa Biblia: La Biblia Textual, Segunda Edición. (1999). (1 P 2.11–12). Sociedad Bíblica Iberoamericana, Inc.